Mesa para uno en el Jazz Night Club

Estoy cantando las palabras antes de hablar. Ya sé cómo va a sonar. Por eso me callo, porque casi anticipo tu respuesta. A ti todo te suena “bien”. Me gustaría que fueses más exigente con lo que sale de mi boca y que supieras apreciar todas las mentiras que te he ido diciendo… así hubieses entendido lo que jamás te dije. Me voy a dormir.
Cierro los ojos, es que así te dibujo mejor. ¿No has visto a esos músicos que cierran los ojos para tocar? Ha llegado un punto en que solo me duermo si pienso antes en ti, es mi momento preferido del día, y no lo digo por decir, aquí las palabras están llenas de sentido. Es como estar en casa. Es como volver a casa. Te imagino más joven de lo que eras, no sé porque, no sé porque… Joder, de verdad que no lo sé… Me he quedado tonto, en serio te lo digo, los detalles se me olvidan. Es porque se mezclan con la melodía, y solo me queda eso en la cabeza, una sola melodía. ¿Te acuerdas de aquella canción? ¿Cómo era la letra?... Gloomy Sunday, my funny valentine, what a diference a day makes. I’m a fool to love you, but fly me to the moon, all of me… No puedo dejar de cantarla.
Ahora te tengo, estas rodeada de agua, estás envuelta en el cielo, estás cubierta por un azul desnudo, solo tú y el azul. Deberías verte, estás preciosa. La mar está calma, todo está quieto menos tu risa, que crece en oleadas y luego se va perdiendo, y ya solo te quedan los dientes en la distancia y los ojos encendidos. Son como esa luz indirecta que de pequeño necesitaba para dormir. Pero solo me haces compañía si cierro los ojos, eso no es justo, no es justo. Me piden que escupa el agua, que te regrese, que te suelte marina en la almohada. Entonces los aprieto, yo te quiero aquí dentro, aunque te escapas por la comisura y ruedas toda de sal, caliente cuesta abajo. Me haces siempre lo mismo, y yo siempre me resisto con los ojos cerrados, hasta que me duermo.
Por el día los huecos me persiguen. Si te asomas al vacío nacen preguntas. Son como viejas raíces en el fondo de todos nosotros. Claro, tienes que asomarte para verlas. Mi pregunta ya sabes cuál es, me la oyes cada noche. ¿Cuándo vuelves? Por favor contesta, me siento tan solo…