Alzó el
telón de mariposas.
Y las
gargantas que debían abrirse
Se opacaron
por el escalofrío de tu cuerpo.
Sus erizos ahora juguetean
al villar.
-¿Acaso un amor es igual a otro?
¿Acaso un beso, una caricia, un orgasmo,
no depende de las pieles implicadas,
aunque algunas pecas
se repitan…?
---Si eres
capaz de estornudar en cien idiomas diferentes,
cómo no
sabrás amar de mil pieles diferentes. En mil lunas acuestas.
-Pero las malogradas palabras nos recuerdan
a ecos que ya oímos.
Labios que ya mordimos.
Gemidos que todo vecino escuchó.
---No comprendo el sonido obtuso de sus bocas.
---Solo son símbolos que en tu frente se revelarán
con la caricia tierna de un bostezo.
-Hubiésemos matado al segundo poeta que habló de amor
Si solo las palabras importaran.
-Pero a instantes solo las palabras nos abrazan
y los despacios suavemente te acuchillan.
De
cuclillas inventa palabras que decir del revés
Y latidos
que le saben a pierna abierta.
---No hay vocabulario para tanta boca.
Le sobra eco a este silencio.
-Pero cómo clavar el tallo de una flor
En el corazón profundo de la mariquita,
Sin hundírselo tanto que llegue hasta la mosca
Y tener que chupar el polen de su oreja.
-Clavar la amapola en el punto justo,
Y a la temperatura exacta
Es como besar los dientes
Justo antes de que dibujen una espalda.
---Detengan a
mitad el espectáculo refractivo.
Que salieron de
pronto y sin aviso
Como un
grillo en coma, sucio, a olerse los nudillos.
-¿A qué aguardamos, este tiempo vacío de enunciado?
- A que vuelen las uñas, a que corran en sus sitios.
Regresó valiente la araña,
mojada ya siempre por tu rocío
---Continúen.
-Todavía no terminamos, cabellera.
Vayan a hacerse nudos el amor,
Durante los años que precisen
aguardaremos aquí, cíclicas, insomnes
a que sus alaridos floridos se conviertan en animales.
---Que doblen
la función
Que yo me
quedé con los pies sin aplaudir .
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